Los planes de control son estrategias y acciones diseñadas para minimizar o eliminar los riesgos identificados en un proyecto o en una organización. Estos planes ayudan a prevenir o mitigar los efectos negativos de los riesgos en el cumplimiento de los objetivos.
El efecto de los planes de control en los riesgos es principalmente reducir la probabilidad de que ocurran y/o disminuir su impacto en caso de que se materialicen. Al implementar medidas de control efectivas, los riesgos pueden ser gestionados de manera más eficiente y se pueden evitar o minimizar las consecuencias negativas.
Los planes de control pueden incluir diversas estrategias y medidas, como, por ejemplo:
Prevención de riesgos: se implementan medidas para evitar que los riesgos ocurran, como implementar controles de calidad y seguridad, capacitar al personal, realizar mantenimientos preventivos, etc.
Mitigación de riesgos: se establecen acciones para reducir el impacto de los riesgos en caso de que ocurran. Esto puede incluir la implementación de planes de contingencia, la diversificación de proveedores, la creación de alianzas estratégicas, entre otros.
Transferencia de riesgos: se delegan los riesgos a otras partes a través de seguros, contratos o acuerdos legales. Esto implica transferir la responsabilidad y la carga financiera de los posibles riesgos a otras entidades.
Aceptación de riesgos: cuando el impacto potencial de un riesgo es bajo o las consecuencias son aceptables, la organización puede optar por aceptar los riesgos sin implementar medidas adicionales. Sin embargo, esto debe hacerse de manera informada y consciente, evaluando detenidamente los posibles resultados y consecuencias.
En resumen, los planes de control tienen como objetivo minimizar o eliminar los riesgos en un proyecto u organización, reduciendo su probabilidad de ocurrencia y/o su impacto. Su efecto es mejorar la gestión de los riesgos, aumentar la seguridad y la eficiencia de los procesos, y garantizar el logro de los objetivos establecidos. Los planes de control sobre los riesgos son fundamentales para proteger a una empresa de posibles pérdidas financieras, proteger su reputación, cumplir con las regulaciones, mejorar la eficiencia operativa y proteger sus activos.
Es importante agregar que la administración de los planes de acción suele ser manual y si sumados a los planes de acción o control relacionados al tratamiento de riesgos, se suman los planes orientados a tratar hallazgos de auditoría, a la implementación de acciones correctivas sobre las exigencias de alguna norma o a la implementación de oportunidades de mejora, el seguimiento de los mismos suele requerir mucho esfuerzo y bajo nivel de cumplimiento. Por esta razón, en esta era digital las compañías están integrando soluciones que transforman, digitalizan y automatizan el seguimiento y escalamiento de los planes de acción.
Y tú, ¿cómo estás gestionando los planes de acción de tu empresa?
Autor: César Sánchez Montúfar
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