Como definición básica podemos decir que los riesgos son la posibilidad de que ocurra un evento o situación que dé lugar a consecuencias negativas o perjudiciales para una Organización y para evitar que estos sucedan existen diversas técnicas de prevención o de mitigación en caso no se pueda eliminar totalmente la probabilidad de ocurrencia o sea muy caro hacerlo.
El Ciclo de Gestión de riesgos pasa por una serie de pasos dependiendo de la metodología a ser utilizada, pero principalmente son los siguientes: Identificación, Evaluación, Mitigación, Difusión, Seguimiento y Registro, Aprendizaje y Mejora Continua.
Este proceso involucra a todos los actores de una empresa, organizados en lo que comúnmente se conoce como las tres líneas de defensa. En la primera línea, los equipos operativos integran prácticas de gestión de riesgos en sus actividades diarias, fomentando una cultura organizacional proactiva hacia la identificación y mitigación de riesgos. La segunda línea, compuesta por funciones de supervisión y gestión de riesgos, se centra en el diseño e implementación de políticas y controles efectivos, asegurando la alineación con los objetivos estratégicos y facilitando el proceso de identificación a la primera línea. Finalmente, la tercera línea, auditoría interna y funciones de aseguramiento independientes, evalúan de manera objetiva la efectividad de los procesos de gestión de riesgos, proporcionando una visión imparcial a la alta dirección y a los stakeholders, validando el cumplimiento y efectividad de los controles establecidos.
Este enfoque tridimensional colabora para establecer un sistema robusto que garantiza la identificación temprana, evaluación precisa y gestión efectiva de los riesgos, contribuyendo así a la resiliencia y sostenibilidad de la organización.
La debida integración de las tres líneas de defensa manejando la misma información pero con la independencia de cada rol es clave para el éxito de una Gestión de Riegos y quizás uno de los retos mas grandes que tienen las organizaciones.
Gráfico ilustrativo de la Gestión Integral de Riesgos y las tres líneas de defensa soportado digitalmente al 100% por Goldenbelt
La Gestión Integral de Riesgos es una tarea permanente que debe estar presente en la toma de decisiones de la Compañía. Quizás este es un aspecto a veces poco valorado porque se puede ver como la visión siempre pesimista de las cosas pero en realidad es crucial si es bien manejado.
Una adecuada Gestión de Riesgos debe hacer a las empresas no sólo sostenibles en el tiempo sino más competitivas también. Existe la falsa creencia que el agregar controles burocratiza y encarece la operación, por eso es que la Gestión de Riesgos es el arte de establecer los controles suficientes para mantener una operación con un nivel de riesgo controlado según el apetito de riesgo de cada Compañía sin perder competitividad.
Para lograr esta adecuada Gestión de Riesgos es necesario tener una serie de consideraciones en cada uno de los pasos que se siguen en su implementación:
Identificación:
Fomentar una cultura de riesgo: Incentivar a los empleados a identificar y reportar riesgos.
Utilizar múltiples fuentes de información: Incorporar datos históricos, opiniones de expertos y análisis de tendencias.
Evaluar la probabilidad e impacto: Clasificar los riesgos según su probabilidad de ocurrencia y el impacto potencial en los objetivos.
2. Evaluación:
Cuantificación de riesgos: Utilizar métodos cuantitativos cuando sea posible para evaluar la magnitud de los riesgos.
Priorización: Identificar y clasificar los riesgos según su importancia relativa.
Evaluar la interconexión de riesgos: Comprender cómo los riesgos pueden interactuar y tener un impacto conjunto en los objetivos.
3. Mitigación:
Desarrollar estrategias de mitigación: Identificar acciones específicas para reducir la probabilidad o impacto de los riesgos.
Asignar responsabilidades: Definir claramente quién es responsable de la implementación de las estrategias de mitigación.
Monitoreo continuo: Supervisar la efectividad de las medidas de mitigación y ajustarlas según sea necesario.
4. Difusión:
Comunicación efectiva: Informar a todas las partes interesadas sobre los riesgos identificados y las estrategias de mitigación.
Transparencia: Facilitar un diálogo abierto sobre riesgos para promover la confianza y la colaboración.
Adaptar el mensaje: Ajustar la comunicación según la audiencia para garantizar la comprensión y el compromiso.
5. Seguimiento y Registro:
Establecer indicadores clave de rendimiento (KPIs): Desarrollar métricas para evaluar la efectividad del proceso de gestión de riesgos.
Mantener registros actualizados: Documentar de manera precisa y oportuna la información relevante sobre riesgos y acciones tomadas.
Automatización: Utilizar herramientas tecnológicas para facilitar el reporte, la difusión, el conocimiento, el seguimiento y la generación de informes.
6. Aprendizaje y Mejora Continua:
Análisis post-evento: Evaluar los resultados reales en comparación con las evaluaciones de riesgo previas.
Retroalimentación continua: Fomentar la retroalimentación de los participantes en el proceso de gestión de riesgos para mejorar continuamente.
Actualizar políticas y procedimientos: Ajustar las estrategias y enfoques según las lecciones aprendidas y los cambios en el entorno empresarial.
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